"Y sin duda nuestro tiempo prefiere la imagen a la cosa,
la copia al original, la representación a la realidad,
la apariencia al ser...”
FEUERBACH
No hay nada más andaluz que la alegría y la fiesta, la calle y el botellín, el cohete y la procesión… no hay nada más andaluz que Gines.
Los amargaos, los cursis, los progres tristes cada vez que ven un jolgorio en nuestras calles se ponen a criticar: que a saber cuánto habrá costado esto…, que si con 4 millones de parados en España y más de 1000 en el pueblo ya podíamos dejarnos de tantas carretas y tantos castillos hinchables y dedicarnos a crear empleo…, que si no hay semana en la que, con motivo o sin motivo , no se monte un cartelón (ahora electrónico), un escenario, una barra (detrás de ella casi siempre los mismos con la penosa tarea de seguir haciendo caja) y una megafonía por la que suenen los 40 principales o los amigos… ¡Como si el motivo fuera tan importante!, ¡Si todos sabemos que lo fundamental es que muchos ginencinos de buena voluntad nos juntemos y compartamos nuestras ganas de juntarnos!… ¿O es que nos quieren amargar la vida empeñándose en que además vayamos a los eventos municipales a pensar en el medio ambiente, en los problemas de la inmigración, en el interés de leer libros, en la prevención de las drogas…?. No se enteran que para motivos de verdad ya tenemos un camino (y lo de antes del camino, y los peroles que nos comemos en el camino, y la “pará” del camino, y lo que vestimos en el camino, y lo que cantamos sobre el camino, y lo que sabemos hacer con los bueyes, los caballos y los 4x4 ...en el camino).
Y es que los estiraos no entienden nada: ¡no les entra en la cabeza que Gines ha sido así toda la vida!. ¿Y ahora van a venir unos enteraos a cambiarlo?. Y vale, es cierto que la gente de Gines de toda la vida, la gente de “gines gines” de verdad, los que prácticamente “fundamos” este pueblo y tenemos la sagrada misión de ser garantía de sus tradiciones, apenas somos ya una tercera parte del vecindario, pero ¿habrá algo más bonito e innovador que vivir en un pueblo convertido, sin tener que cambiar nada y sin que venga la Disney ni la Warner, en un Parque Temático?.
Como en Isla Mágica o en Terra Mítica cualquier día que vengas a nuestro pueblo hay gente disfrazada (de rociero, de nazareno, de concejal) animando las calles; hay castillos hinchables haciendo las delicias de niños y niñas que se montan cien veces porque es gratis; hay procesiones, pasacalles o cohetería que anuncia más procesiones, pasacalles y coheterías; hay vecinos y vecinas paseando entre puestos de venta de artesanía en los que pueden comprar un recuerdo (el mismo que ya se compraron en ese mismo puesto en la feria medieval del pueblo de al lado pero mejor: sin salir de nuestro Gines) o apoyar con su donativo caritativo (léase solidario) a la gente pobre de un país del que ya no me acuerdo el nombre pero sí que se juntó un montón de dinero.
Hay de todo lo que un parque temático que se precie debe tener… bueno, de todo menos la taquilla, porque de eso ya se encarga el Ayuntamiento que generosamente pone recursos económicos, gestiona la petición de favores (colaboración) a las empresas y asegura el trabajo de los empleados municipales (dentro y fuera de su horario laboral) al servicio de lo que todos los vecinos de buena fe, y más allá de ideologías, queremos: que Gines sea feliz y que encuentre cada año el mismo camino que ha venido recorriendo año tras año, gobierne quien gobierne, hasta convertirse en lo que hoy es: un magnífico Parque Temático, para envidia de toda esa progresía trasnochada que sigue empeñada en que otro Gines es posible.