martes, 29 de junio de 2010
LAS REDES SOCIALES EN INTERNET
Sabemos realmente qué es una red social, conocemos cómo funcionan, quién o quiénes la controlan. Hasta ahora nos han “vendido” muy bien sus pros, sus beneficios, pero conocemos los contras, los peligros y los perjuicios que esconden.
Podemos decir que las redes sociales son un novedoso instrumentos que desde hace unos años parece permitir la comunicación horizontal, múltiple y personal de manera rápida. Son territorios de negocios para empresa y lugares de encuentros humanos. Primero fueron el correo electrónico y las webs, después los blogs. Todo un espacio que se extendía ante nosotros para poder gozar de una comunicación de una manera más global y dinámica. Al principio fue el intercambio de mensajes y los comentarios de los usuarios/as y luego los usuarios/as-consumidores/as empezaron a “crear” junto con otros y otras. La mayoría de las veces, sin embargo, en espacios ya creados por otros/as, los dueños/as, que nos prestan un espacio. Aunque no lo hacen gratis (más adelante lo veremos).
Una red social es una estructura social en donde hay individuos que se encuentran relacionados entre sí. Las relaciones pueden ser de distinto tipo, como intercambios financieros, amistad, relaciones sexuales, entre otros. Se usa también como medio para la interacción entre diferentes como chats, foros, juegos en línea, blogs y otros. Se trata de establecer un mundo de relaciones virtuales que nos permita compartir aspectos de nuestra realidad con otros, bien sean conocidos o desconocidos a los que invitamos a conocernos. Son las nuevas plazas del pueblo, donde conocemos gente o quedamos con nuestros amigos.
Una red social supone un espacio de intercambio de información y de llegar de manera inmediata a mucha gente, una herramienta útil en todo lo referente a la generación de noticias y a compartir la información. Es una manera de que la ciudadanía pueda apropiarse de ciertos instrumentos (con limitaciones) para que salga a la luz lo que no aparece publicado en los grandes medios. Siempre, eso sí, a merced de que los propietarios de la página (o quienes los manden a ellos) censuren lo que en un momento dado consideren inadecuado o peligroso.
Todo ello va aderezado además con buenas dosis de publicidad, seamos o no conscientes de ello, que es lo que mantiene a las grandes empresas que ofrecen este espacio. Éstas se han dado cuenta del potencial que conlleva estar presente en una red social porque implica tener una visibilidad inmediata y a nivel internacional y sin barreras geográficas, así como una comunicación y unas oportunidades de venta directa.
Por ejemplo: en la columna de la derecha de tu página de Facebook te aparecen anuncios ¿verdad? Son tan grandes que es difícil no verlos y al final uno los acaba leyendo. Por lo tanto, tener una cuenta de Facebook no es gratis, te cuesta dinero pero no lo pagas con dinero contante, sino con el equivalente de la publicidad que consumes.
Pero, ¿son realmente redes sociales?: una red social, para que sea tal, no puede pertenecer a una persona, a un empresario, ha de ser todos y todas o de nadie, ha de ser transparente, no controlable o controlable por todos y todas. Por otra parte, una cosa es publicar informaciones y otra hacer públicas las intimidades. Además, hay que tener en cuenta que las relaciones que se generan son relaciones sin filtros y afectos: la comunicación y relaciones directas se están sustituyendo por comunicación virtual. El abuso de esta vía de comunicación genera que, en gran medida, devore el espacio de relaciones afectivas y personales directas, que no dejan de ser las más importantes. Hay que prestar atención igualmente al tiempo que pasamos delante del ordenador, a la adicción que puede generarse sin darnos cuenta. El problema es que uno entra en una red social con un objetivo teórico, el de relacionarse con sus amigos o conocidos, y sin darse cuenta se encuentra atrapado entre una multiud de estímulos que nada tienen que ver con el supuesto fin de la red, pero que se enmascaran de forma que en la conciencia del usuario/a se crea la situación similar a la de estar tomando unas cervezas en buena compañía.
Los grupos son creados y alimentados por los propios usuarios pero las aplicaciones son promovidas y en muchas ocasiones desarrolladas por la propia red social. Tenemos que pensar en la “virtualidad” de nuestras comunicaciones y de las “comunidades” que se crean apoyadas en estas. Tenemos que analizar la supuesta sociabilidad que nos intentan vender, pues cuando se trata de una empresa con ánimo de lucro le importa tres narices que te socialices, sino que le seas rentable.
No hay que renunciar a esta herramienta, pero tampoco hay que se unos ilusos/as ni darle más importancia de la que tiene. Todas las cosas que se hagan en la calle han de tener su eco en la red, y todas las cosas que se hagan en la red han de estar orientadas hacia las calles, los barrios, nuestro lugar de trabajo, nuestro entorno más cercano, y en definitiva, hacia todos esos lugares físicos y no virtuales, donde se desarrollan nuestras vidas “reales”.
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